La Librería de Pimiango, la sintonía de gastronomía y cultura en el medio rural

La Librería de Pimiango es un negocio vanguardista que aúna cultura y gastronomía en un mismo espacio, en medio de un enclave rural único.

En el mes de noviembre del año 2021 fue inaugurado en la población ribadedense de Pimiango un atípico local: La Librería de Pimiango. El local fue abierto por Esteban Raposo, un madrileño nacido en 1965 que en el año 2018 decidió abandonar su mundo profesional en Madrid, para terminar en la localidad de Pimiango creando un espacio único e inconfundible en muchos kilómetros a la redonda.

Una cuadra semiderruida de paredes de piedra, el origen de todo…

La nueva vida de Esteban Raposo pasaba por crear, en una edificación rural, un negocio peculiar, que pudiera combinar cultura y gastronomía. Todo partió de una visita que hizo Esteban al municipio de Ribadedeva junto con su exmujer, arqueóloga de profesión, donde descubrió la Cueva del Pindal. Quedó prendado de la zona y compró una cuadra con paredes de piedra, medio derruida, que durante 18 años permaneció de la misma forma, sin uso, sin rehabilitación alguna para aquella antigua construcción.

Después llegó el planteamiento, la planificación del nuevo negocio, la nueva vida, y entre ocho y diez años para rehabilitar el edificio y poner en marcha el negocio planificado… con pandemia incluida de por medio. Y, así, nació un lugar que se define en pocas palabras: «Taberna y libros perdidos». Juntar cultura y gastronomía. Es importante destacar la palabra «taberna», que es lo que, lógicamente, quiere crear su fundador… un concepto quizás olvidado con el paso de los años.

La promesa de visitar el nuevo local…

Allá en el año 2022 tuve conocimiento de la existencia del nuevo negocio y me prometí a mi mismo visitarlo. Pero no resido todo el año en Ribadedeva, mi residencia habitual está en el País Vasco, y Colombres es mi segundo hogar, mi centro de escapada del mundo urbanita, y lugar de desconexión de la vida diaria, la misma que Esteban Raposo abandonó en Madrid.

Pasando unos días y otros, pues no llegó el momento de visitar ese maravilloso lugar conocido como «La Librería de Pimiango» hasta el mes de agosto de 2023. Y lo hice en dos días diferentes. Me gustó el local, completamente rehabilitado «a lo rústico»; me gustó el interior repleto de libros en innumerables estantes y separados en dos plantas. Me gustó como combinaron los libros con el beber y el comer. Y, para tener más espacio, justo enfrente del local, existe otro espacio a nivel de calle habilitado para las presentaciones de libros, y para eventos culturales con público. Un espacio de reunión más amplio de lo que yo imaginaba.

El primer día de mi visita a «La Librería» fui acompañado de mi hijo de 5 años, al cual le encantó el lugar. Ese día me atendió una chica con un claro acento extranjero, que en ese momento no pude identificar el lugar de origen, y que me sorprendió su alto nivel de educación y amabilidad, muy superior en trato a cualquiera que yo hubiera recibido en cualquier otro negocio de hostelería en el pasado. Atando cabos creo, con algo de miedo a no acertar, que aquella persona es de origen francés, se llama Estelle Roullier, filóloga y fotógrafa de profesión.

En «La Librería» se podía «capturar» el «aroma a cultura»…

La primera buena noticia de mi primera visita fue que en «La Librería» se podía «capturar» el «aroma a cultura» que aquello desprende… me interesa todo lo cultural sin género de duda, especialmente lo que habla de historia. En segundo lugar, me agradó que contaran con mi marca de cerveza preferida en formato caña; pues de eso estoy hablando, de mezclar cultura y gastronomía. Saqué algunas fotos del espacio, pocas ese día porque había mucha gente. Siempre digo que la gente y los coches estropean las fotografías, de hecho iba a sacar una foto «semi-artística» al callejón de «La Librería», pero desistí en el empeño ya que para el encuadre perfecto no podía evitar que saliera un coche aparcado en la plaza de fondo.

En la primera visita subí mis primeras fotos y las compartí en las redes sociales de esta web Villa de Colombres anunciando, al mismo tiempo, que aquel espacio cultural era totalmente merecedor de un artículo a publicar a la vuelta de mis vacaciones de verano. Y aquí estoy, haciendo cumplir lo prometido.

Una fuente enorme de embutidos…

Dos días después volví al lugar, aumentando la comitiva personal de la primera visita, porque además de mi hijo me acompañó mi mujer. El objetivo era enseñar a mi mujer el descubrimiento. Y, como suele pasar en los negocios de hostelería, vimos como a la mesa vecina entregaban una llamativa fuente de embutidos de todo tipo… ¡¡enorme!!… pedimos otra similar para nosotros, un poco más pequeña, que mezclara embutido y queso. Ese día disfruté de la comida, de la bebida, y del paisaje de libros que rodea al lugar.

En aquella segunda visita hice muchas fotos, todas ellas de interior, y me llamó la atención, especialmente, la planta superior, donde había dos mesas, una preparada para dos comensales, y otra más grande, para ocho comensales, que iban a darse el buen gusto del gourmet rodeados de estanterías, libros, y un par de guitarras eléctricas que daban el toque de diferencia con el resto del espacio… el contraste necesario en toda decoración. Además, en ambas visitas, pude apreciar mucho ambiente de clientes; enseguida las mesas de la terraza estaban ocupadas, y no eran pocas, precisamente.

Hubiera sido un buen lugar para presentar cualquiera de mis libros…

Satisfacción, es el adjetivo que podría definir en una única palabra el sentimiento de aquella visita. Además, teniendo en cuenta que entre los años 2009 y 2022 publiqué siete libros en papel de mi autoría, hubiera sido un buen lugar para darlos a conocer. El tipo de negocio creado en Pimiango no es único, todavía hace muy poquito estuve en otro local muy similar, pero urbanita, en Andorra La Vella. Lo que puede ser único es la apuesta de llevarlo a un entorno rural, a un bello pueblo cantábrico que no llega al centenar de vecinos censados. Pero está en buen lugar, zona de paso y, además, muy turística.

Lo complicado del nuevo negocio fundado en Pimiango no es otro que el hecho de lograr el objetivo de convertirse en un centro cultural de referencia en la zona oriental de Asturias. Me consta que desde el año 2021 ese objetivo está cumplido, ya es un centro cultural de referencia, y es un lugar de encuentro donde los amantes de la cultura prefieren asistir para mezclar su afán cultural con «el beber y el comer».

No quiero finalizar este artículo sin compartir, aquí debajo, una galería de las fotos que tomé en mis dos visitas a «La Librería de Pimiango».

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