La Barata: La recuperación de un lugar emblemático de Colombres y Ribadedeva

En el año 2020 cerró un negocio emblemático de Colombres, «La Barata». Cuatro años después, el 18 de julio de 2024, reabrió con una rehabilitación total del edificio y con un cambio de gerencia.

«La Barata» fue un negocio muy reconocido del Oriente de Asturias que cerró definitivamente sus puertas en septiembre de 2020. Localizado en un edificio construido en el año de 1850 catalogado como «Bien de Interés Cultural», fue adquirido por la conocida familia Junco para ser rehabilitado y para devolver a Ribadedeva ese negocio tan emblemático y tan bien situado, que el municipio requería, sin duda alguna.

El espacio a «lo personal» en mis textos…

Cuando escribo por este medio, siempre dejo un espacio a «lo personal»… y este artículo no va a ser diferente. No quiero contar estrictamente el hecho de la vuelta de un negocio con historia, si no que quiero añadir el sentimiento personal respecto a ello.

Desde el año 2016 soy residente temporal en Colombres, y desde aquella, incluso antes también, solía parar muchas mañanas en «La Barata» a comer el pincho de tortilla, tomar la caña, y leer La Nueva España. Además, soy incapaz de contar la cantidad exacta de paellas de marisco de aquel extinto negocio que habré comido… simplemente diré… muchas.

La mejor situación dentro de Colombres…

Con la noticia del cierre definitivo de «La Barata», sentí que algo importante había muerto en la Villa de Colombres. En Colombres hay más negocios que cuentan con una clientela importante, pero solo «La Barata» se encuentra situado en un lugar tan céntrico, tan de paso, y en una zona por la que todos pasamos y queremos «ver vida». Y a eso voy…

Al principio pensé que ese negocio quizás había muerto para siempre, y el estado del edificio no era el mejor… pero enseguida tuve conocimiento que la familia Junco lo había adquirido para resucitar aquel lugar. Y fue una gran noticia ¿Por qué? Porque no soy el típico veraneante que visita Colombres en momentos concretos vacacionales, soy residente temporal, pero aparezco por las tierras de Ribadedeva los doce meses del año. Aparezco por la Villa en enero, febrero, diciembre, o noviembre, meses en los que poco residente temporal se ve por las calles de Colombres. Y el primer efecto negativo que noté del cierre de «La Barata» fue al llegar el invierno siguiente. Cuando iba a Colombres un mes de enero o febrero, el pueblo no estaba lleno como en verano, evidentemente, pero pasaba por «La Barata», que es lo mismo que decir que pasaba por la arteria principal de Colombres, y se veía gente… ambiente… mucho, normal, o poco, pero había vida humana. Pero una vez que cerró «La Barata», cruzar la carretera principal de Colombres en invierno era desolador.

Así que la idea de ver reabierto el negocio, con una rehabilitación integral del edificio además, era, como mínimo, para celebrar con regocijo. Y lo celebré llegado el momento, por supuesto.

El 18 de julio de 2024 fue la reapertura…

Ahora vamos al 18 de julio de 2024, día en el que el nuevo negocio «La Barata» abrió sus puertas… otra vez. Ese verano pasé mucho por allí, y en este artículo contaré mis experiencias e impresiones al respecto. Sobre el local; una rehabilitación con gusto, con una redistribución muy interesante respecto a la original, y con un detalle de gran gusto que no sé si habrá pasado desapercibido para mucha gente… en la entrada principal a la cafetería, han mantenido un recuerdo en el nuevo suelo dejando a la vista, en el espacio aproximado de un metro cuadrado, el antiguo suelo que tuvo toda la vida el anterior negocio. Un detalle que, entiendo, que pretende homenajear a lo que significó la antigua «La Barata» para la Villa de Colombres.

Una novedad en el nuevo negocio… mayor cantidad de espacio exterior. Además de contar con una terraza con techo (lo que en el País Vasco se llama «Txoko») en el lateral izquierdo del edificio que, además, tiene puerta de acceso directo a la cafetería y otra al interior de la cocina, se suman unos barriles y sillas altas en la acera, en la frontal de la cafetería, donde antiguamente hubo también mesas de terraza, y la gran novedad… una terraza grande en frente al negocio, en la peatonal al otro lado de la carretera.

En la planta baja se sitúa la cafetería, sin mesas, pero con taburetes y barra alta que va de un lado al otro a lo largo de todo el frontal principal, y las ventanas se han bajado hasta el suelo. Mayor luz natural. En la primera planta, un salón para comedor amplio y muy bonito, con diferentes ventanas o balconadas que se abren a la Plaza de Manuel Ibáñez Posada, o a las vistas del histórico edificio consistorial. En la segunda planta y el bajo cubierta superior, cuatro apartamentos de uso turístico. No los he visto, pero me consta que son muy bonitos y acogedores.

Mi caña preferida…

Respecto al servicio, un buen número de camareros y camareras, mezclando la juventud y la medianía de edad, y mucha educación en el trato. Atención rápida. Respecto a lo ofrecido en cuestión a las bebidas… pues con el hecho de haber puesto un cañero de Alhambra Roja, a mí ya me han ganado. Gran variedad de pinchos y, por la mañana, hay pinchos que si no tienen, te los hacen en el momento. Recuerdo un momento que una señora pidió un pincho de calamares, y le dijeron que no había pero que se lo hacían en un momento… y así fue.

Este verano en «La Barata» he hecho de todo, beber, comer, cenar, el picho mañanero… las cañas de los días de fiesta en la plaza… una anécdota… un día del mes de agosto de ese verano de 2024 me surgió un imprevisto, y necesité una tortilla de patata grande, para más de 6 personas. Bajé a «La Barata», hablé con el servicio a ver si me podían hacer una tortilla, y me hicieron una para llevar para 8 personas en 15 minutos de reloj, mientras tomaba… ¿el qué? Pues una caña de Alhambra Roja… ¡Elemental, querido Watson!

Comida informal, atención especial…

Las comidas o cenas no son del tipo restaurante al uso, son de una clase más informal… este verano comí o cené allí desde pizzas, pasando por bocatas, o incluso pulpo a la gallega. Y pinchos de todo tipo.

Sobre todo, lo más importante para mi… lo mejor… la zona central del pueblo volvió a contar con esa vida tan particular que es capaz de generar la hostelería. Y queda por recuperar lo mejor, volver en el próximo invierno y ver que, de nuevo, hay vida en aquella calle principal de la Villa Indiana.

Aquí debajo comparto algunas fotos que tomé durante agosto de 2024 del nuevo negocio de «La Barata».

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