La llegada del abastecimiento de aguas a Colombres en el siglo XIX
A finales del siglo XIX, y como un proyecto liderado por Manuel Ibáñez Posada, llegó el abastecimiento de aguas a Colombres, creando así dos construcciones emblemáticas: el lavadero y el depósito de aguas de la capital de Ribadedeva.
El 4 de enero de 1888 se aprobó en sesión ordinaria del Ayuntamiento de Ribadedeva la construcción de la traída de aguas para la Villa de Colombres.
Manuel Ibáñez Posada buscó sin éxito un acuerdo con otros vecinos acaudalados para financiar la traída de aguas a Colombres.
Antes de aquello, Manuel Ibáñez Posada pensó en una financiación conjunta para el proyecto, donde diferentes vecinos acaudalados de Colombres contribuyeran a la construcción del abastecimiento de aguas para la Villa. Entre septiembre de 1887 y enero de 1888 se conservan diferentes misivas del Conde de Ribadedeva hacia otros indianos donde sugiere el primero la participación del resto en la financiación de las obras. Pero, finalmente, una vez redactado el proyecto y aprobado, y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con otros posibles benefactores, Manuel Ibáñez decide financiar el proyecto en solitario. Y, para ello, redacta un contrato de obras que presentó al consistorio, donde quedaron definidas las obligaciones y derechos de cada parte.
El ingeniero del proyecto Rafael Martín, de origen santanderino, estudió diferentes manantiales del municipio, y el elegido para abastecer a Colombres fue el manantial de la Garma, en la Sierra del Cuera y distante de Colombres en seis kilómetros. El manantial contaba con caudal suficiente para las necesidades de Colombres, y las aguas fueron declaradas potables por el Doctor Cagigal.
El estudio de construcción del abastecimiento fue contratado a Juan Knoedgen, de la Compañía General de Conducciones de Aguas de Lieja, siendo su representante el mencionado Rafael Martín.
La conducción de aguas partió desde el manantial de el Garma hasta el conocido barrio de El Cotero.
La conducción fue construida mediante tuberías ocultas dirigidas a un promontorio de la ciudad, y el lugar elegido para tal fue un espacio en una zona alta de Colombres, concretamente en el barrio de El Cotero. Aparte de la conducción de aguas desde el Garma hasta El Cotero, el proyecto tuvo como elemento principal de la obra la construcción del depósito de aguas, un lavadero anexo, y tres fuentes en la villa, ubicadas en los barrios de El Redondo, La Iglesia, y Balaam. También se iban a construir algunos abrevaderos, pero finalmente solo fue construido uno en el barrio de El Redondo.
Según el contrato presentado por Manuel Ibáñez Posada, la conducción del agua desde una fuente a cualquier casa de la villa debía ser costeada por las personas interesadas. Además, el Conde de Ribadedeva construyó su propio lavadero y abrevadero, de menor tamaño, dentro de su finca de Las Raucas.
…hay menciones recientes que indican que el lavadero se encontraba en muy mal estado de conservación en los últimos años.
Los dos elementos más destacados del abastecimiento de aguas a Colombres ejecutado a finales del siglo XIX se encuentran el depósito de aguas y el lavadero. Ambos cayeron en el olvido, quedando aislados por la historia, incluso hay menciones recientes que indican que el lavadero se encontraba en muy mal estado de conservación en los últimos años.
Respecto al lavadero, fue construido muy cerca del depósito de aguas, buscando un lugar también alto donde hubiera un cruce de caminos en Colombres para tener una situación más apropiada para la población. Fue construido en piedra caliza.
El precio final del proyecto rondó las 100.000 pesetas.
El proyecto original fue presentado con la conducción de aguas, depósito, fuentes, y abrevadero, pero sin el lavadero. Partió de 75.000 pesetas de la época de presupuesto, alcanzando casi las 77.000 pesetas cuando, poco después, Manuel Ibáñez Posada añadió la construcción del lavadero. Una vez finalizadas las obras, el precio final del proyecto rondó las 100.000 pesetas; fue la construcción más costosa, económicamente hablando, realizada en Ribadedeva en aquellos años.
El contrato de obra fue firmado en noviembre de 1889, con un periodo de ejecución estimado de siete meses, siendo la fecha proyectada de finalización para junio de 1890. Pero las obras para el abastecimiento de agua de la capital del municipio de Ribadedeva concluyeron en su totalidad el 12 de enero de 1891 , un retraso marcado por los problemas en las necesarias expropiaciones.
La obra no fue traspasada a titularidad del Ayuntamiento de Ribadedeva hasta el 13 de mayo de 1893, siendo el traspaso firmado por Luis Ibáñez Posada mediante escritura pública; para ese momento Manuel Ibáñez Posada, I Conde de Ribadedeva, ya había fallecido.
Un proyecto de 300.000 euros de coste elaborado para la rehabilitación del antiguo depósito y lavadero de Colombres.
En el año 2022, tanto el depósito de aguas como el antiguo lavadero volvieron a ser noticia por la presentación de un proyecto de 300.000 euros de coste elaborado por el consistorio de Ribadedeva para la rehabilitación de ambas construcciones situadas en El Cotero, y la creación de un espacio cultural en la zona, incluyendo la urbanización del espacio circudante.